domingo, 31 de agosto de 2014

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (20) (Schlangeneier und Drachenzungen)


Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 17ª parte)

El Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del Estado Federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria), es el autor del texto original, en alemán, que apareció en la primera edición de la guía de la exposición “Schlangeneier und Drachenzungen. Fossilien in Volksmedizin und Abwehrzauber” publicada en 1995.

Heraclio ASTUDILLO-POMBO, profesor
del Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, de la Universitat de Lleida, ha realizado la traducción, y adaptación, al español, del texto original, alemán. Así mismo ha realizado la elección de todas las imágenes ilustrativas, la redacción de los comentarios explicativos, la selección de los diversos enlaces que vinculan el texto con documentos relacionados, consultables en Internet. También es el autor de las notas explicativas que amplían el texto original y clarifican su contenido. 




Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras”(Schutzsteine) (Continuación, 14ª parte)


 
Las “piedras de trueno o de rayo” (Donnersteine), las “piedras del rayo” (Blitzsteine), las piedras de tormenta (Gewittersteine) y las Ceraunias (Ceraunien) (1)
 


Antiguamente, en diversas regiones europeas dos tipos fósiles de muy diferente aspecto, fueron considerados como "piedras meteóricas", es decir, "piedras caídas del cielo". En algunas regiones de Europa, se creía que los erizos de mar fósiles eran auténticas "piedras de trueno" que habían descendido acompañando al rayo, en su caída desde las nubes tormentosas hasta el suelo. En otras regiones se creía exactamente lo mismo de los rostros de los belemnites.
Tales interpretaciones, erróneas, y atribuciones, irracionales, que hoy son injustificables desde el punto de vista racionalista moderno, entonces fueron posibles debido a algunas circunstancias ambientales propias de aquella época: las características morfológicas del fósil, el tipo de terreno en que acostumbraban a abundar y a la mentalidad mitico-supersticiosa de la mayoría de las personas de aquella época. 

Aspecto balístico de un rostro de belemnites, característica morfológica que favoreció su interpretación de manera fantasiosa, facilitando su uso supersticioso, en tiempos antiguos y modernos, al ser considerada como una auténtica "piedra del rayo", "piedra del relámpago"o "piedra del trueno"
Imagen: Donnerkeile und Blitzsteine
 
De forma mucho más generalizada, por tener una dispersión geográfica mucho mayor, también, se consideraron como producto del rayo, un tipo de piedras llamadas Donneräxte”, es decir, o “hachas de Donner” (2) unos raros objetos de origen supuestamente celestial y divino que, en realidad, eran hachas de piedra, talladas y pulida, por artesanos del Neolítico, 3000 o 2000 años antes.

Antiguo amuleto escandinavo, colgante, relacionado con el dios Thor y usado como protección contra el impacto del rayo. Un fósil de erizo de mar fue convertido en un colgante mágico, mediante la sujeción de dos bandas de bronce, cruzadas y retorcidas sobre el fósil. Hallado durante la década de 1950, en una de las tumbas excavadas en Lindholm Høje, en Nørresundby, Dinamarca, asentamiento que estuvo habitado entre los años 400 y 1000 dC.
Imagen: Norse Mythology


Dos amuletos italianos, de fecha de elaboración desconocida, elaborados con dos imaginarias "puntas de rayo", en realidad, dos puntas de flecha de sílex, prehistóricas, montadas sobre soporte de plata. Usados como protección contra el impacto del  rayo. Colección del Museo Pitt Rivers, Univ. de Oxford, Reino Unido.
Imagen: "Thunderstones"

En aquella época, se explicaba el trueno como el estruendo causado por la "piedra de Donner" mientras  estaba penetrando dentro del terreno. Se creía que las "piedras del rayo" después de hacer impacto sobre la superficie del suelo, seguían penetrando hasta los siete metros de profundidad. Además se creía que este tipo de piedras volvían a la luz del día, aflorando en la superficie del terreno, después de pasados siete años, pues se suponía que ascendían, a razón de un metro cada año, hacia la superficie del terreno que habían perforado siete años atrás. Por lo tanto las "piedras del rayo" que se encontraban enterradas, a cierta profundidad, se suponía que era porque hacía menos de siete años que habían caído y que estaban ascendiendo hacia la superficie.  

 
Era una creencia muy generalizada entre la población y extendida en toda Europa, que el rayo o relámpago, sólo podía golpear una única vez, sobre un lugar determinado pues su contacto lo dejaba mágicamente "marcado", esta creencia, absurda, era facilmente refutable por simple observación directa
Se suponía que los puntos del terreno donde se hallaba alguna de las supuestas "piedra de rayo", ya fuese en la superficie del terreno o enterrada, eran zonas que habían sido impactadas por el rayo, anteriormente, y por tanto protegidas contra nuevas caídas, pues se daba por sentado que el rayo no cae nunca dos veces sobre el mismo lugar. Por ese motivo las "piedra de rayo" fueron usadas como objetos mágicos de protección personal (3)


Dos modernos amuletos, alemanes, realizados con rostros de belemnites, engarzados en alambre de plata, de tal manera que puedan ser usados como colgantes, supuestamente, con poderes "protectores" contra diversos peligros imaginarios
Imagen: Reiki mit Belemniten

  

Los erizos de mar, de forma regular

Presentan simetría pentarradial, muy marcada, teniendo forma circular o ligeramente pentagonal y el perfil lateral abombado. Tienen la boca situada en la parte inferior, aplanada, mientras que el ano está centrado en la parte superior dentro de una figura estrellada de cinco brazos, una forma geométrica que antiguamente fue interpretada como un signo sagrado.
En la antigüedad, los caparazones y moldes internos, fosilizados, de los erizos de mar del tipo regular pudieron inducir a interpretar que se trataba de piedras que habían sido atravesadas por el contacto con el rayo que las había transportado desde las nubes hasta tierra. Se creyó que habiendo sido piedras transportadas por el rayo a las que se atribuía capacidad mágica y efecto repelente sobre las piedras de su género. Por lo tanto si se las usara como amuleto contra el impacto de los rayos, resultarían ser una protección muy eficaz contra los accidentes, muertes o incendio, causados por fulminación.


Los belemnites 


No fueron considerados, solamente,  como proyectiles lanzados, contra las personas, por los malos espíritus, sino que también se creía que eran lanzados desde las nubes, personalmente, por el dios Donnar (versión germánica de Thor). En el idioma alemán actual, se ha conservado el antiquísimo nombre divino “Donner”, como nombre sinónimo del fenómeno meteorológico también conocido como rayo () y trueno ().

Representación gráfica, esquemática, del aspecto, en vivo, de un belemnites. Dibujado en color negro el conjunto del esqueleto, la parte más aguda y maciza, el "rostro" es la que fosiliza más comúnmente, encontrándose y confundiéndose con una "punta de rayo"
Imagen: Was ist ein Belemnit?

Durante la antigüedad, también, se llegó a creer que las "piedras de rayo", de todas clase, además eran capaces de proteger contra el naufragio a las naves y a los navegantes, en las ocasiones en que la mala mar era causada por un fuerte temporal marítimo, acompañado de nubarrones que escupían terroríficos relámpagos, rayos y truenos:
"Un barco no se hundirá nunca, si a bordo hay alguien que posea esta piedra, tanto si la transporta mientra está navegando como si la conserva en otra parte."
(VOLMAR, a mediados del siglo 13)


Grupo de náufragos en una playa de la antigua Malta...O el invento no funcionaba del todo bien o no llevaban ninguno a bordo
Imagen: Pablo y el Naufragio en Malta 

Aún resulta más sorprendente  que los soldados alemanes todavía siguieran creyendo en una antigua superstición popular que aseguraba que si, durante una batalla, un soldado llevaban encima alguna "piedra de rayo" de las del tipo llamado Donnerkeil ("puntas" o "clavos de Donnar/trueno/rayo"), resultarían inmunes a los disparos del enemigoen una época tan cercana, a la nuestra, como era el año 1870 (4), según consta en un documento de esa época.  


Grabado de la época, coloreado, representando un grupo de soldados franceses repeliendo el ataque de las tropas prusianas que los mantienen rodeados, durante un episodio de la batalla de Sedán. A saber cuántas decenas de "piedras de trueno" estuvieron presentes en el evento bélico...
Imagen: French Troops Encircled

Se creía que este tipo de piedras, tenía la maravillosa virtud de poder desviar, mágicamente, las balas del fuego enemigo de aquellas personas que portaban uno de estos amuletos.
Pero resulta aún más sorprendente que dichos objetos mágicos pudiesen adquirirse en las farmacias de aquella época (5)

Además de las virtudes ya comentadas, también, se llegó a creer que las llamadas “puntas de rayo”  tenían otros múltiples efectos maravillosos muy beneficiosos para sus poseedores, tales como: atraer la felicidad, hacia el poseedor, manteniendo alejada cualquier tipo de enfermedad o fracaso; conseguir que las niñas, muchachas y mujeres resultasen estériles, recuérdese que tanto los belemnites como las hachas pulimentadas, debido a su forma, eran un claro símbolo fálico  con efectos benéficos (6) y hasta se les creyó capaces de otorgar la invisibilidad o ayudar a localizar tesoros, enterrados.



Notas del traductor

(1) Un nombre vertnáculo popular, que no se menciona en el título original, aunque sí aparece dos veces en el texto es el de "Donnerkeil", es decir "punta" o "clavo de Donner", sinónimo de "punta o piedra de rayo/trueno", que resultaría muy apropiado, en consonancia con la forma característica de los rostros de belemnites, 

Rincón de una vitrina del Museo Oceanográfico Alemán de Stralsund, ciudad situada en la costa báltica. En sus playas el oleaje expone a la vista de bañistas y paseantes los tradicionales "Donnerkeile" enteros o fracturados
Imagen: Descubrimiento n º 336

El mismo tipo de fenómeno etno-paleonto-meteorológico se ha dado en el resto de Europa y, también, en la Península ibérica. Quien esté interesado en conocer la versión ibérica, de este folclore paleontológico puede consultar las etiquetas piedras del rayo (7 entradas) y piedras de Santiago (10 entradas) , años atrás, en el blog Folklore de los Fósiles Ibéricos 

(2) En los diversos territorios europeos de cultura germánica, se creyó que los tres tipos de "piedras", antes mencionadas, habían sido arrojadas desde el cielo por Donner, el dios germano de las tormentas, divinidad equivalente al Thor de los escandinavos. Se le creía dominador de relámpagos, rayos y truenos que administraba a su entera voluntad para castigar a determinados humanos, por alguna falta que habrían incumplido ciertas normas o preceptos, propios de aquella cultura que eran considerados muy importantes.
En la mitología germánica Donner o Donnar era la divinidad meteorológica era el equivalente al Thor escandinavo o al  Zeus griego o Júpiter romano, por citar antiguas divinidades ampliamente conocidas en la actualidad.
Si se quiere profundizar en este asunto véase: Sobre la divinización del rayo en la antigua Europa

(3) Se creyó, hasta principios del s. XX, que este tipo de piedras ejercía un efecto repelente sobre todas las demás de su especie, haciendo que los rayos se alejasen hacia otos lugares. Debido a esta absurda creencia, se creyó que si una persona, llevaba consigo algún tipo de "piedra del rayo" o la dejaba depositada en ciertos lugares de su casa, propensos a la caida de rayos, nunca resultaría alcanzada por el impacto del relámpago. 


Grabado representando la entrada en una casa, a través de la chimenea, de un "rayo globular" con el consiguiente susto y peligro para sus ocupantes
Imagen: Foudre en boule

En el improbable caso de que un edificio o un portador del amuleto fuesen alcanzados por el rayo y la imaginaria acompañante, nunca le causaría grandes destrozos, ni provocaría la muerte.
 
(4) Se refiere a la Guerra franco-prusiana (1870-1871)

(5) Aplicación del primitivo principio de magia simpática, "Similia Similibus Curantur" debido a la similitud entre la apariencia del proceso de disparo de un arma de fuego y el de los rayos desde las nubes, y por la semejanza entre el proyectil artificial y el supuesto "proyectil natural" o "divino"


(6) Los fósiles de erizos de mar, del tipo regular, debido a su característica forma de glande humano, también fueron considerados objetos-símbolo de tipo fálico, juntamente con los belemnites y los objetos denominados priapolitos.  
Según la medicina mágica de tipo "simpático", la proximidad de unas piedras de supuesto origen divino o/y celeste, similares al órganos reproductor masculinos responsables de la fecundación de los órganos reproductores femeninos, por fuerza habría de favorecer la fertilidad de la persona que carecía de ella o la tenía muy disminuida. Se creía que si este tipo de "piedras fecundantes" estaban lo suficientemente cercanas a quien necesitaba de su influjo benefactor podría remediar sus problemas relacionados con la falta de reproducción.

viernes, 15 de agosto de 2014

Google y las efemérides paleontológicas (3)

por Heraclio ASTUDILLO-POMBO. Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida


Introducción

Se presenta hoy el único "doodle" de temática paleontológica, producido por Google y aparecido durante el año 2012.  Estaba dedicado  a conmemorar el 374º aniversario del nacimiento de Nicolás Steno, uno de los padres fundadores de la Geología. Posiblemente algunos de los muchos millones de ususari@s del navegador  conocieron por primera vez la existencia de este naturalista 

El único "doodle" de temática paleontológica aparecido durante el año 2012

El "doodle" de Google, del 11 enero de 2012, nos informaba que ese día se conmemoraba el 374º aniversario del nacimiento de Nicolás Steno
Imagen: doodles/nicolas-stenos

El "doodle" muestra un paisaje sedimentario, en el que se han tallado las letras del nombre del patrocinador: GOOGLE y se han eliminado los materiales sobrantes. Algunos fósiles están enterrados en la roca


Reconstrucción del paisaje y del corte geológico del terreno, antes de que se tallaran los bloques que conforman las letras del patrocinador: Google, mediante la excavación de los materiales sobrantes. Realizada por Martin Missfeldt
Imagen: tagseblog

Nicolas Steno (en danésNiels Steensenlatinizado a Nicolaus Steno o Nicolaus Stenonius en los textos en latín, Niccolò Stenone, en italiano,  Nicolaus or Nicholas Steno, en inglés, Nicolas Sténon, en francés) Según unas fuentes habría nacido el 1 de enero de 1638 y fallecido el 25 de noviembre de 1686, pero según otras fuentes habría nacido el 11 de enero de 1638 y fallecido el 5 de diciembre de 1686. Es decir que solamente vivió 48 años.

Archivo: Niels Steensen Klareboderne.JPG
Moderna placa conmemorativa colocada en la casa natal de Steno, por el Ayuntamiento de Copenhague. Dice: Aquí nació Niels Stensen, 1638 a 1686; anatomista, geólogo, obispo. El corazón asimétrico, coronado por una cruz, alude a la investigación anatómica de Steno y a sus profundas creencias cristianas. El diente de tiburón alude a su identificación de las glossopetras y el cristal bipiramidal, alude a sus estudios cristalográficos del cuarzo
Imagen: Wikimedia 

Después de completar sus estudios universitarios de Humanidades en Copenhague, su ciudad natal, Steno viajó por toda Europa, entrando en contacto con médicos y científicos de renombre, que le hicieron interesarse por la medicina y las ciencias, especialmente mientras residió en los Países Bajos, Francia e Italia. Steno además de su lengua natal, el danés,  también hablaba con fluidez en alemán,  holandés, italiano, francés, latín, griego, hebreo y árabe. 
En 1660 comenzó el estudio de la medicina en la Universidad de Leiden (Paises Bajos), luego pasó a estudiar anatomía bajo la dirección del célebre médico y anatomista holandés Gerars Blasius, en Amsterdam, en 1661, mientras era alumno de Blasius descubrió el conducto parotideo, luego renombrado "Canal de Sténon" como homenaje a su trabajo. 

A pesar de su doctorado en medicina en Leiden, y de que su fama como anatomista se había extendido por toda Europa, Nicolás Steno no estaba interesado en practicar la Medicina, pues había llegado a la conclusión de que la mayoría de los tratamientos tradicionales de su época eran  inútiles y muchos de ellos incluso contraproducentes para la salud del enfermo. 

Después de un año en París, en el otoño de 1665 decidió unirse al grupo de científicos experimentales que constituían la Accademia del Cimentola primera institución académica en el mundo, dedicada a la ciencia experimental, de la que  fue elegido miembro. El grupo de científicos de varias ramas de las ciencias naturales y de la medicina, planteaban experiencias inspiradas en los enfoques científicos experimentales de Galileo.
Sus brillantes estudios anatómicos, atrajeron la atención del Gran Duque de Florencia,  Fernando II de Médicis, quien le dio un trabajo bien remunerado como anatomista en el hospital de la ciudad, ocupación que le permitía continuar investigando en sus propios estudios experimentales. Para Steno aquel era un lugar perfecto para la disección anatómica, pues siempre estaban a su disposición cuerpos procedentes de los ajusticiados en la horca o de fallecidos en el hospital de pobres, así como una gran variedad de cadáveres de animales que le hacía llegar el Gran Duque.
En esa época sus estudios en anatomía experimental se centraban en conocer cómo se producía la contracción muscular. Utilizó la geometría y la volumetría para demostrar que un músculo en contracción cambia de forma, pero no de volumen.

Steno used this picture from an unpublished Vatican catalogue of 1667 in his treatise Canis carchariae dissectum caput to show that the "tongue stones" are fossil shark teethSin embargo, a los pocos meses de estar en Florencia, cuando Steno se encontraba trabajando en una teoría de la contracción muscular, ocurrió un hecho que cambió el rumbo de sus intereses científicos. En octubre de 1666, un tiburón gigante fue capturado por pescadores de la costa toscana, y el Duque Fernando II de Médicis eligió a Steno para realizar una disección de la cabeza de aquel enorme animal marino. 

Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667. En la que en la parte superior aparece la cabeza reseca y deformada de tiburón, con la boca abierta, mostrando todos sus dientes triangulares. Debajo aparecen dos dientes aislados.

Steno se dio cuenta que los dientes de aquel animal marino eran idénticos a algunos tipos de las llamada "piedras lengua" glossopetras que había visto en los gabinetes de rarezas y maravillas naturales de algunos aristócratas y naturalistas de la época.   

Desde su época de estudiante de Humanidades, en Copenhague, Steno había estado  interesado en la naturaleza de los fósiles. Su tutor,  Caspar Bartholin (el Viejo) (1585-1629), había realizado un estudio sobre las propiedades curativas de unas extrañas piedras, abundantes en la cuenca mediterránea, llamadas en aquella época   glossopetrae, y poseía una colección de éstos y otros fósiles recolectados por él mismo en la isla de Malta

Durante los dos años siguientes a la disección de la cabeza del gran tiburón, Steno se dedicó fundamentalmente a los estudios de campo, para comprender la formación de las estructuras geológicas de los terrenos sedimentarios, buscando estratos con fósiles, en diversos lugares de Florencia y sus alrededores, para poder realizar observaciones directas. 

Lámina del libro de Steno, Elementorum Myologiae Specimen, seu Musculi descriptio Geometrica, cui accedunt Canis Carcharia dissectum Caput, et Dissectus Piscus ex Canum genera, Florentiae, 1667. 
Mostrando diversos tipos de grandes "piedras lenguas" o "Glossopetrae maiores" que luego son comparadas con los dientes de un gran tiburon contenporáneo, atribuyendo un origen natural y muy antiguo, a las piedras que anteriormente se consideraban de origen prodigioso. 
Ilustración extraida del Catálogo de las colecciones geológicas del Papa Clemente XI, titulado "Metallotheca Vaticana", realizado por el responsable de las mismas: Michael Mercati, este catálogo se publicaría en forma de libro en 1717.  
Imagen: Arcana naturae

Probablemente Steno había leído el estudio publicado un siglo antes por un médico de Montpellier llamado  Guillaume Rondelet, que decía que los dientes de los tiburones grandes eran exactamente iguales a las  piedras llamadas glossopetrae
Así que en el informe que realizó sobre la disección de la cabeza del gran tiburón añadió una digresión sobre el origen de las glossopetrae y de otros fósiles, en la cual, de una manera cautelosa, decía que "aquellos que adoptan la posición de que las glossopetrae son dientes  petrificados de tiburón, pueden no estar lejos de la verdad". Además para Steno esta cuestión de los dientes petrificados era solo una parte del problema general de las conchas marinas fósiles y otros "cuerpos marinos petrificados" encontrados en el interior de la tierra y de las rocas, incluso en lugares alejados del mar o en las cimas de montañas elevadas. 

Para Steno la forma y aspecto inalterados de las conchas fósiles, demostraba que cuando quedaron enterradas, la roca que ahora las contiene, entonces todavía no era sólida. Esas rocas debían haber sido originalmente un sedimento blando, dejado por el agua de un mar que hubiera cubierto antes esa tierra. Los fósiles habrían sido las partes duras de criaturas marinas que habían vivido en esas aguas. 
Otra vez de manera muy precavida, para no atraerse enemigos entre los lectores más reaccionarios, señala en su escrito: "si alguien pudiera creer que partes del suelo de aquellos lugares en los que dichos fósiles han sido excavados, han cambiado su situación en algún momento, no se le puede imputar que piense algo contrario a la razón y la experiencia", pues Steno en sus observaciones directas de los terrenos sedimentarios, había reconocido que estaban formados por varias capas superpuestas o estratos de roca que se habrían formado con el paso del tiempo, primero como estructuras horizontales, en forma de capas blandas de sedimentos en el fondo del mar, que luego, con el paso del tiempo, se habrían ido alterando, con la formación de pliegues, de fracturas y de dislocaciones en algunas de las capas terrestres. En consecuencia se dio cuenta de que la tierra no era inmutable como se afirmaba mayoritariamente en su época, sino que habría ido cambiando con el paso del tiempo. Estas ideas originales e innovadoras de Steno chocaban frotalmente con los conceptos admitidos en aquella época. 
Según las Sagradas Escrituras el mundo había permanecido inalterable desde su creación. Las montañas, los ríos y los mares habían sido creados por Dios en su configuración actual, y tenían una antigüedad calculada en unos 6.000 años. Este corto periodo no permitía pensar que hubieran ocurrido grandes cambios, y además la Biblia describe muchos accidentes geográficos que no han cambiado hasta hoy. 
La existencia de conchas marinas en las montañas era un problema difícil de entender. La mayoría seguían la doctrina de Aristóteles, según el cual las conchas marinas crecían de manera espontánea, tanto en la tierra seca como en el mar. Para otros, las conchas marinas se habían depositado durante el diluvio universal. Y aún para otros, los fósiles eran piedras con formas caprichosas colocadas por Dios para adornar la Tierra.
Sin embargo, no abandonó completamente los estudios anatómicos, y de hecho, en este tiempo realizó uno de sus más importantes descubrimientos: la existencia de los óvulos femeninos en los ovarios de cadáveres de mujeres diseccionados por él. Hasta ese momento los anatomistas habían creído que los ovarios femeninos eran solamente testículos 
degenerados.

Retrato de Nicolás Steno (1666–1667). que forma parte de la serie de retratos de hombres ilustres que formaron parte de la corte de Fernando II y Cosimo III de Médicis. Obra sin firmar, pero probablemente fue pintado por Justus Sustermans. (Galería de los Uffizi, Florencia, Italia)
Imagen: Wikimedia

Finalmente, en 1668, Steno publicó su obra maestra, el primer tratado sobre estratigrafía:  De solido intra solidum naturaliter contento dissertationis prodromus ("Discurso preliminar de una disertación sobre los cuerpos sólidos de manera natural contenidos en un sólido") por la cual es considerado el padre de la geología. Hasta ese momento la Tierra no tenía historia. A partir de ese momento la edad de la Tierra comenzó a expandirse (solo se acentuó desde Cuvier en el siglo XIX): pero se mantuvo aún en unos pocos miles de años. Se produjo lentamente hasta llegar a los 4.600 millones de años considerados actualmente.
En De Solido propuso una serie de principios geológicos que hoy son conocidos como los "Principios de Steno". El primero es el principio de la superposición: cuando existen varias capas de sedimentos sucedió de manera que la inferior fue depositada primero, y la superior la última. Es decir, las capas de la corteza terrestre contienen una narrativa histórica. El segundo principio es el de la horizontalidad original: no importa cuál sea la orientación actual de un estrato, fue creado por un depósito de agua, y por tanto, fue originalmente horizontal. El tercero es el principio de la continuidad lateral: el agua deposita sedimentos en una capa continua que termina solamente en el borde de su cuenca. Por tanto, capas de rocas correspondientes a ambos lados de un valle fueron originalmente una sola capa. 
Además indica que para que se acumulen espesores tan grandes de sedimentos, como para formar diversas capas superpuestas tal como se ve en muchas montañas o para que se modifiques su disposición horizontal original, es necesario que hayan pasado miles de años.

En la parte final de su escrito, Steno se preocupa de que alguien pueda pensar que sus propuestas naturalistas son impías, pues según algunos autores que calculaban la antigüedad del mundo, a partir de las sucesivas generaciones de patriarcas bíblicos, el mundo tenía una antigüedad de 6000 años y trata de conciliarlas con lo que dicen las Sagradas Escrituras. 
Aunque los enunciados estratigráficos y geológicos de Steno, hoy día, parecen de sentido común, fueron rechazados por una gran mayoría científicos de su época, quizás atemorizados por la Inquisición. 
Durante el siglo XVIII el libro De Solido de Steno fue reimpreso dos veces, en Italia, pero sus principios geológicos fueron ignorados, hasta que a mediados de ese siglo vio la luz la reimpresión de obra de Leibniz: Protogæa, recordando las ideas de Steno sobre el origen de los fósiles y la formación de los estratos rocosos, cuya obra había leído y a quien había  conocido personalmente, en 1678, cuando Steno ya era sacerdote y había dejad de lado la ciencia

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A la izquierda, cubierta del libro de N. Steno De solido intra solidum publicado en 1668, poco antes de que Steno abandonase la medicina y la ciencia para dedicarse a la Teología y el apostoladoA la derecha, retrato de N. Steno vestido con ropaje clerical tras ser ordenado como sacerdote católico, a mediados del año 1975. 

En 1669, estudiando los cristales de cuarzo de diferentes formas y orígenes, se dio cuenta de que sus caras formaban siempre los mismos ángulos entre ellas. Este descubrimiento fue retomado años más tarde por Jean-Baptiste Romé de L'Isle que lo generalizó a todos los cristales, marcando el comienzo de la cristalografía moderna.

Desgraciadamente para la ciencia, Nicolás Steno que había nacido en el seno de una familia luterana, en 1667 se convirtió al catolicismo  Después de su conversión al catolicismo, su interés por las ciencias naturales disminuyó muy rápidamente, dando paso a un enorme interés por la teología católica y a una obsesión por la salvación de las almas de los cristianos. 
A principios del año 1675, decidió hacerse sacerdote y  cuatro meses después, en la Pascua de 1675, fue ordenado en sacerdote del clero católico. Más tarde fue nombrado por el papa Inocencio XI vicario apostólico para la organización de misiones catequizadoras en los países nórdicos (Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia) y obispo titular de la diócesis de Titopolis o Titiopolis hoy territorio de Turquía. 
El obispo Nicolás Steno desempeñó un papel muy activo en las actividades eclesiásticas de la llamada  Contrarreforma católica, en el norte de Alemania y paises escandinavos, destinadas a frenar el proceso de luterización de los habitantes católicos de esa región alemana.

A partir de finales del XVIII, el comienzo de la revolución industrial condujo a un interés creciente por localizar las riquezas minerales del subsuelo, para lo cual era necesario conocer mejor las estructuras geológicas del subsuelo e investigar la naturaleza de los estratos rocosos que las contenían. Así que las razones económicas acabaron eliminando las barreras religiosas o filosóficas que contrarias a las ideas racionalistas y a las observaciones naturalistas modernas, contrarias la inmutabilidad del mundo desde el día de su creación y a la interpretación literal de la cronológía bíblica, según la cual la creación del universo y del mundo, se había realizado en seis días de 24 horas. 

Fuentes:

- Anónimo. Nicolás Steno. Wikipedia
-  Casanova, Félix. Cómo Nicolás Steno cambió nuestra visión del mundo. Historias de nuestra historia 
Nicolas Steno, 17th century myth buster, gets Google Doodle. Los Angeles Times 11-01-2012