sábado, 5 de abril de 2014

Animales fabulosos y registro fósil (2)

por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. Medi Ambient i Ciències del Sòl. Universitat de Lleida



Dragones, al ataque, por tierra, mar y aire

Hasta principios del siglo XVIII, la mayoría de los habitantes de Europa, incluidas muchísimas de las personas más cultas, creían firmemente en la existencia de todo tipo de dragones.
Algunos naturalistas de reconocido prestigio, de los siglos XVI y XVII, muy respetados en su época y, todavía, recordados en el presente, tales como Ulisse Aldrovandi (1522-1605), Konrad Gesner (1516-1565), Athanasius Kircher (1601-1680) y otros muchos dedicaron bastantes páginas a tratar sobre este tipo de monstruos en sus tratados de zoología.
Según la mitología erudita y popular de aquella lejana época, los dragones se clasificaban en diversas categorías, según sus respectivas caracteristicas, tales como forma, tamaño, medio de residencia, costumbres y necesidades.

Ilustración que encabeza el capítulo titulado "De Dracone", uno de los que componen el tratado enciclopédico de zoología, escrito por Konrad von Gesner, Historiae animalium (1551).
"De Dracone" está dedicado a describir los tres principales tipos de "dragones", supuestamente, existentes en el siglo XVI: la gran serpiente, la gran serpiente alada y el gran monstruo escamoso, bípedo o cuadrúpedo, alado, a veces, cornudo y, generalmente, escupidor de fuego
Imagen: Harry Potter’s World


Se afirmaba, crédulamente, que determinadas clases de dragones habitaban en diversos medios y países del mundo y en ciertos lugares de Europa. Tales aseveraciones se fundamentaban en historias fantasiosas, algunas de ellas derivadas de mitos antiguos y creencias primitivas, en otros casos habían nacido de imaginativas interpretaciones, fabulosas, de los hallazgos de restos corporales de grandes animales, contemporáneos o fósiles.
En tiempos antiguos y modernos, la existencia real de este tipo de monstruos, imaginarios, no era puesta en duda, por casi nadie, a pesar de que siempre había resultado imposible encontrar, observar o capturar vivos a alguno de estos raros animales, incluso, sabiendo en qué medios y en qué lugares del mundo habitaban.

Representación pictórica, del s. XIV, de un paisaje de un supuesto país habitado por dragones. Se muestra una gama amplia de diferentes tipos de dragones: bípedos, cuadrúpedos, con alas o sin ellas
Imagen:
Le mythe du dragon

Como pruebas de la existencia de estas astutas o estúpidas y o terribles bestias, se acostumbraba a presentar, al público, grandes huesos y enormes dientes, esqueletos incompletos, algunos de ellos "petrificados". También se mostraban fragmentos o enormes pellejos completos, peludos, calvos o escamosos, pretendidamente, de procedencia draconiana. En algunos casos, incluso se mostraban sus huesos empotrados o sus marcas, estampadas, sobre la superficie de las rocas...y de las piedras de construcción de algunos edificios, existentes en bastantes lugares de Europa.

Ilustración extraída del libro de Athanasius Kircher, titulado Mundus subterraneus (1665), representando al famoso dragón de la isla de Rodas. Según un relato legendario, habría sido muerto por el valeroso caballero Deodatus de Gozo, en un enfrentamiento, supuestamente, sucedido en 1345.
Imagen: Wilhelm Bölsche:
Drachen - Kapitel 1

En aquellos tiempos, corrían multitud de relatos legendarios, protagonizados por valerosos caballeros, astutos villanos, hermosas princesas, reyes ancianos, santos milagreros y dragones peculiares. Según tales "cuentos" este tipo de animales monstruosos, habían mantenido encuentros y relaciones amistosas, ambiguas o agresivas, con los humanos que habitaban en la proximidad de su guarida o que habían penetrado en el territorio que constituía su "hábitat", según fuera su personal naturaleza, maligna o benigna, su carácter, tolerante o agresivo y sus hábitos alimentarios, herbívoros o carnívoros. Incluso se relataban historias de algunos dragones que habían sido muertos, amansados o, incluso, domesticado, por algunos santos mediante la oración y algunos objetos sagrados...


Grabado xilográfico de principios del s. XVIII ("Hürnen Seyfrid"), representando la lucha de Sigfrido contra el dragón Fáfnir, narrado de forma épica en una leyenda que forma parte de las sagas escandinavas y germánicas. Este episodio fue popularizado a finales del s. XIX por la ópera wagneriana Sigfried, correspondiente al ciclo legendario de los Nibelungos. 
Imagen: Sigfrido héroe germano

El medio, supuestamente, habitado por los dragones podía ser muy variado, se creía que ciertos tipos habitaban habitaban en algunas montañas, en cuyas cavernas tenían su guarida. Se decía que otros habitaban en lo más profundo y oscuro de determinados bosques, otros dragones ocupaban insanos lugares pantanoso, perdedoras ciénagas, ríos y lagos profundos o ciertos lugares del mar. Algunas clases de dragones, al estar dotados de alas se podían desplazar de un lugar a otro, por el aire, volando con más o menos gracilidad.

Dragón marino serpentiforme, conocido popularmente como "Serpiente de mar". Grabado ilustrativo, en la obra de Olaus Magnus (Olof Månsson) Historia de Gentibus Septentrionalibus, obra publicada en Roma, en 1555. Consta de 22 libros, en los que se informa sobre la geografía, costumbres, tradiciones y leyendas de los pueblos escandinavos y de la Europa nórdica, de esa época. Imagen: Sea serpent

Entre las clases populares, ignorantes y analfabetas, tales creencias legendarias se conservaron hasta inicios del siglo XIX.... e incluso en la actualidad, pues todavía existen algunas personas en el colectivo criptozoológico que defienden la existencia de dinosaurios en lo más profundo de ciertas selvas ecuatoriales, de serpientes de mar y plesiosaurios en los océanos y en algunos lagos. 

Ilustración extraída del libro de Athanasius Kircher, titulado Mundus subterraneus (1665), representando a una cría de dragón bípedo, supuestamente, capturada en Italia, durante el siglo XVI. El ejemplar, una vez disecado, acabó formando parte de la colección del naturalista italiano Ulises Aldrovandi, hacia el año 1605.
Imagen: Wilhelm Bölsche: Drachen - Kapitel 1

Una característica bastante común a este tipo de monstruos, tan populares en siglos y milenios pasados, fue que el aspecto de casi todos ellos, excepto alguna excepción, era típicamente reptiliano, en algunos casos, su fisonomía resultaba bastante dinosauriana y con cierta frecuencia, también estaban dotados de alas quiropterianas, generalmente, demasiado deformes y pequeñas, como para que pudieran permitirles alzar el vuelo.

Otra representación, del s. XVI, de un dragón volador, de dos patas. Según una ilustración basada en la descripción dada por el zoólogo francés Pierre Belonso que afirmaba haber visto tal animal
Imagen: Wilhelm Bölsche: Drachen - Kapitel 1



Cuál pudo ser el origen

Como ya se había anticipado en la primera entrada con la que se iniciaba este nuevo capítulo, sobre fauna fantástica, es posible, que inicialmente fuera imaginada y recreada a partir de la interpretación fantasiosa de ciertos elementos óseos del registro fósil que pudieron ser hallados en diversos países europeos, tal como parece haber sucedido con la mitología clásica greco-romana (véase Adrienne Mayor, 2000). Pero también hay que recordar que las "visiones" alucinatorias de tipo místico, esquizofrénico o psicotrópico y la influencia de la mitología antigua, pudieron haber predispuesto a la gente, a aceptar acríticamente las creencias dracónicas y los relatos que las promovían, así como a modelar bastante su escenografía e iconografía.

Grabado de Lucas Jennis para su Bestiario representando un supuesto enfrentamiento, heróico, con un dragón. Por sus características generales se asemeja a un tipo de semidragón, el lindwurm, pero la presencia de un par de alas indica que se trata de un verdadero dragón.
Imagen: Perception de l’espace montagnard au Moyen Âge

Probablemente, muchos casos fueron el resultado de la astucia comercial, fraudulenta, y de la labia seductora de avispados "vendedores de humo". Relacionados con los fabricantes de monstruos quiméricos, elaborados con partes de diversos animales. Se conocen varios casos documentados e ilustrados que demuestran que algunos embaucadores profesionales se ocuparon de difundir la existencia de tales monstruos, asó como de suministrar los oportunos ejemplares a aquellos ricos coleccionistas que ansiaban poder sorprender a sus amigos, mostrándoles que eran poseedores de supuestos dragones o de parte del cuerpo de un dragón. Este tipo de objetos, únicos por su extrema rareza, que podían incorporarse a las colecciones personales de maravillas y rarezas de la naturaleza que poseían ricos aristócratas, pudientes eclesiásticos y ambiciosos naturalistas, resultaban interesantes, exclusivos, y envidiadosTales objetos, generalmente, consistieron en huesos de las extremidades, espinazos, cráneos, mandíbulas, dientes, mechones de pelo, pellejos, pieles, conchas, varios tipos de fósiles, etc. que fueron demandados ricos colecionistas, obsesionados, por ser los primeros exhibidores de tales curiosidades de la naturaleza, en sus gabinetes personales, privados pero abiertos a la curiosidad y a la envidia de sus amistades. Tales ejemplares incluyeron huesos de ballena, de elefante, de mastodonte; cráneos y cuernos de rinoceronte, de uro, dientes de narval, de tiburones, de megalodon o de mastodonte, "colmillos" de mamut y de elefante; pieles de cocodrilos del Nilo, de boas y de anacondas, etc., etc.

Gravado mostrando el museo de Ferrante Imperato, que ilustraba su obra Dell'Historia Naturale, publicada en Nápoles en 1599. En el techo se puede ver, suspendida, una piel de cocodrilo, de modestas dimensiones, rellena de paja.
Imagen: Join us to make a “Cabinet of Wonders”


Tampoco deben descartarse como causa de las extendidas creencias dracónicas, además de la credulidad supersticiosa, tan natural y extendida en siglos pasado, la información procedente de algunos avistamientos casuales y confusos, de grandes animales, terrestres, acuáticos o voladores, por parte de viajeros a tierras lejanas y navegantes en océanos exóticos.
Los "observadores" ocasionales y fugaces, solían ver aquellos seres extraordinarios que, inconsciente y ardientemente, ansiaban avistar. Avistamientos excepcionales que en muchos casos se realizaron en condiciones de escasa visibilidad, estados de conciencia alterados e incluso en condiciones de intoxicación etílica o muscarínica.
A pesar de que las descripciones solían resultar, inconsistentes y contradictoriasy por tanto muy poco fiables, para las personas de buen juicio, para la mayoría de la gente vulgar eran testimonios seguros e irrefutables, proporcionados por afortunados testigos de excepción que solían adquirir un poco de fama y sacar algo de dinero, contando su emocionante experiencia ante auditorios embelesados.


Una de las muchas ilustraciones, representando al Hydrarchos sillimani de Albert Koch, publicadas, a mediados del siglo XIX, en Norteamérica y Europa, relacionadas con las múltiples exhibiciones que de la serpiente marina, se llevaron a cabo. Grabado procedente de The Iconographic Encyclopedia of Science, Literature, & Art y editada por Spencer Fullerton Baird, 1851
Imagen:
Alabama Heritage

Los dragones han sido una fuente inagotable de cuentos y leyendas, en todos los países de Europa, sin excepción. Desde tiempos remotos, se han inventado relatos legendarios que narran enfrentamientos, casi siempre mortíferos, para alguno de los dos tipos de contendientes, humanos y dragones. Pueden estar protagonizados por campesinos o villanos, plebeyos, por valerosos caballeros o por astutos artesanos que se enfrentaron a alguno de los diversos tipos de dragones que, según la fantasía de la época, se creía que existían en determinados lugares.



"San Jorge y el dragón", magnifica pintura de Vittore Carpaccio (circa 1460 - 1525/1526), representando una popular leyenda conocida en toda Europa, cuyo protagonista forma parte del santoral y del imaginario colectivo cristiano. En esta pintura se han expresado multitud de detalles paisajísticos, muy sugerentes....
El dragón legendario, adquiere en la infinidad de representaciones pictóricas y escultóricas, realizadas en los últimos mil años, infinidad de formas, tamaños, colores y actitudes.
Imagen: La cueva del Coco



Fuentes:

- Bölsche, Wilhelm. 1929. Drachen. Sage und Naturwiffenfchaft. Kosmos, Stuttgart,
- Friebe, J. Georg.
1996. Das Drachen-Bestiar.
- Friebe, J. Georg. 1996. Drachen Literatur
- Turconi, Gianluca, 2008 Il Mito dei Draghi Terre di confini
- VV.AA. Dragón Wikipedia.
- VV.AA.
Dragones Discovery chanel  

- VV.AA. Dragons, Mythes et Légendes (I)
- VV.AA. Dragons, Mythes et Légendes (II)
- VV.AA. Dragons, Mythes et Légendes (III)