domingo, 26 de febrero de 2012

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (9) (Schlangeneier und Drachenzungen)

Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 9ª parte)

Autor del texto original, en alemán, Dr. Julius Georg FRIEBE, del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria).

Traducción y adaptación, al español, del texto original alemán, realizada por Heraclio ASTUDILLO-POMBO, Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, Universitat de Lleida.  

Creencias y prácticas populares relacionadas con algunos tipos de fósiles, considerados como “piedras curativas” (Heilsteine) o “piedras protectoras” (Schutzsteine) (Continuación, 4ª parte)

Los corazones petrificados de unas brujas ("Hexenherzen"), que fueron quemadas vivas, hace algunos siglos 

El perfil, en vista lateral, o la sección transversal de algunas conchas fósiles, muestra una forma típicamente acorazonada. A un cierto género de bivalvos marinos, actuales y fósiles, precisamente, les fue dado el nombre latino Cardium que significa corazón, porque su forma es típicamente de corazón. Esta forma tan característica resulta sumamente evidente, cuando la concha de estos bivalvos, se miran, lateralmente.

Concha fósil bivalva del género Cardium, en la que puede apreciarse el gran parecido de este tipo de conchas, vistas lateralmente, con la forma iconográfica de un corazón 
 
Imagen: http://www.fossnet.de/eng/muscheln.php

Cerca de la actual localidad eslovena de Krško, relativamente, cercana a la frontera austriaca, país del que antiguamente formó parte, con el nombre alemán de Gurkfeld, existe un acantilado formado por un tipo de roca caliza, en cuyo interior están incluidos bivalvos 
fósiles, cuyas conchas eran del tipo acorazonado, antes mencionado. Pero en este caso particular, los fósiles no han conservado la concha, pues durante el proceso de litificación del antiguo sedimento marino se disolvió completamente, y no fue sustituida por un precipitado mineral. Sólo se han conservado sus correspondientes moldes internos, o núcleos, actualmente, llamados en muchos lugares del mundo con el nombre alemán steinkerns”, es decir, "piedra corazón" o “corazón de piedra” y los moldes externos o improntas de las conchas hoy desaparecidas.


A la izquierda, fotografía de un "steinkern", en este caso, se trata del molde interno de un bivalvo que aún permanece incrustado en su roca matriz. Resulta visible en la fractura fresca de la roca, alrededor del molde de perfil acorazonado, el espacio vacío que rodea al fósil, correspondiente, a las valvas disueltas durante el proceso de litificación. Imagen:

En ese lugar, como en otros muchos otros en los que se ha dado este mismo fenómeno geoquímico, a veces, de forma natural y fortuita, se desprenden de la matriz rocosa que anteriormente los aprisionaba, algunos de los moldes internos acorazonados que, luego por efecto de la gravedad y la gran pendiente del terreno, ruedan hasta depositarse y acumulares al pie de ese acantilado. Por este mecanismo natural, de tanto en tanto, en ese lugar, se les puede encontrar sueltos y acumulados.

A la derecha, un molde interno de una concha de bivalvo o "steinkern" que ya se ha separado de su roca matriz. Nótese su aspecto cordiforme
Imagen: http://www.canadianrockhound.com


La sorprendente similitud entre el aspecto de este tipo de piedras y el de un corazón de animal, sumada a la creencia en un suceso real o imaginario que, supuestamente, ocurrió en ese lugar, necesariamente, debió influir en el momento de darles un nombre. Pues en vez de denominar a aquellas piedras, simplemente,
steinkerns”, fueron denominadas "Hexenherzen", es decir, “corazones de brujas”. Todo parece indicar que tal denominación popular se produjo como consecuencia de una interpretación legendaria, de un sencillo fenómeno geológico local. 

La leyenda popular dice:
Hace mucho tiempo, cuando la gente de la población de Gurkfeld/Krško estaba quemando, en este lugar, a unas brujas que habían sido condenadas a morir en la hoguera, cuando murieron sus corazones incandescentes, salieron despedidos, violentamente, de sus pechos envueltos en llamas y fueron a incrustarse sobre la cercana pared rocosa, sobre la que, primeramente, quedaron pegados, para luego incrustarse en el interior de la dura roca. Cuando alguien, suficientemente osado y temerario, se atrevió a romper la roca en cuyo interior se habían introducido los corazones de las brujas, comprobó con gran sorpresa que aquellos corazones se habían convertido en piedra. 
Esta rara conversión de los corazones de las brujas en piedra fue interpretada como el claro testimonio que venía a demostrar la gran maldad y enorme impiedad de aquellas mujeres, adoradoras del diablo.

.Grabado en madera, de época renacentista, en el que se ha representado una quema de brujas. Satanás en forma de dragón serpentiforme, alado recoge el alma de la primera de las tres brujas ajusticiadas que ha expirado, mientras los dos verdugos remueven la leña con una larga horquilla para que arda con viveza ajenos al drama. 
Imagen: http://marysharratt.blogspot.com/2011/08/witch-persecutions-women-and-social.html

Años más tarde, aún se podían encontrar
algunos de aquellos corazones petrificados de bruja  que se habían desprendido espontáneamente de aquella pared de roca. 
Quién, casualmente, se encontraba uno de aquellos corazones de bruja petrificados que se habían desprendido del interior de la pared rocosa, y decidía recogerlo para aprovechar sus supuestas "virtudes mágicas", debería comprometerse y acordarse, todos los años sucesivos, de rezar un Padre Nuestro por la salvación del alma de la bruja, cuyo corazón petrificado poseía y hacerlo exactamente en el mismo día en el que había recogido su corazón petrificado.

Se creía que esta conducta piadosa y caritativa de su propietario "activaba" en los "Hexenherzen" o corazones de brujas, la virtud y la fuerza necesarias para actuar como una defensa, eficaz, que 
 si lo llevaba encima protegería a su poseedor contra el impacto del rayo.

Cuando lo que se quería proteger era un edificio, entonces, debería colocarse y mantenerse el "Hexenherzen" en su “esquina izquierda” (tal vez se refiera al lado Oeste). Al mismo tiempo, la piedra mágica, también adquiría virtud como remedio curativo. (Extraído de la tradición oral y citado por Quenstedt, 1938)

Tres moldes internos del bivalvos de la especie Cucullaea vulgaris, de 2 pulgadas de altura, parecen pequeños corazones carbonizados, que por su tamaño, 5 cm. de longitud pueden hacer volar la imaginación, procedentes de Hornerstown Formation (Nueva Jersey), desde finales del Mesozoico superior hasta Paleógeno.
Imagen:
http://digsfossils.com/fossils/nj_shark_vincentown.html

Antiguamente la gente, influida por la combinación de las teorías de las simpatías existentes entre macrocosmos (la naturaleza) y el microcosmos (el cuerpo humano) y la teoría de los signos, según la cual, el "Creador supremo" había dado formas evidentes a ciertos elementos de la Creación para que los hombres, reconociéndolas por su aspecto característico, pudieran beneficiarse de sus virtudes curativas. 
Debido a estas ideas irracionales y supersticiosas, era muy común en épocas pasadas la creencia de que las piedras que se asemejaban, lo suficiente, a un corazón, forzosamente debían poseer virtudes mágicas relacionadas con el gobierno de este órgano, una de ellas era la de infundir valor, a quienes las poseían o las llevaban encima.
Debido a la existencia de este tipo de creencias supersticiosas, no resultaba nada extraño que en ciertas zonas rurales de Austria, hasta principios del siglo XX, se creyera que ciertos remedios caseros basados en el uso de
Hexenherzen pudieran infundir valor en los animales domésticos que parecían padecer de un tipo de hidrofobia benigna. Esta supuesta enfermedad  hacía que los animales que la poseían no quisiesen atravesar torrentes y riachuelos de montaña. Para remediarlo, con los Hexenherzen, se confeccionaba un bebedizo que se hacía ingerir a aquellos animales domésticos que manifestaban ese rechazo a atravesar las corrientes de agua, porque parecían padecer de un miedo incontrolable que les impedía introducirse en los cursos de aguas, más o menos, rápidas.

"Vacas cruzando un río y borrico negándose a atravesarlo " (1656) dibujo a lápiz y pluma de Nicolaes Berchem, Berghen o Berrighem
Imagen: Kühe überqueren einen Fluß

El remedio se preparaba de dos formas distintas, una consistía en reducir a polvo, uno de los corazones de bruja  petrificados y, mezclado con leche, darlo a beber al animal miedoso. El otro sistema consistía en hervir uno de aquellos corazones petrificados, en agua de manantial, para luego darle a beber esa agua infundida de virtud al animal miedoso. 

Ambos remedios, eran administrados por los ganaderos, a los animales "cobardes", con el pleno convencimiento de que mediante este tratamiento, los animales miedosos se volverían más “valientes” y perderían el miedo a atravesar las corrientes de agua.

"Vaca detenida, en el borde de un río, frente a la corriente de agua" (1656) dibujo a lapiz y pluma de Nicolaes Berchem, Berghen o Berrighem
Imagen:
Kühe überqueren einen Fluß