jueves, 18 de noviembre de 2010

“Huevos de serpiente y lenguas de dragón” (2) (Schlangeneier und Drachenzungen)

Fósiles usados por la medicina popular y la magia defensiva, antes de 1950, en Austria y algunas zonas limítrofes, de países vecinos (Continuación, 2ª parte)

Autor del texto original en alemán: Dr. J. Georg Friebe del Museo de la Naturaleza del estado federal de Vorarlberg (Vorarlberger Naturschau), en Dornbirn (Austria)
Autor del texto traducido al español: Heracli Astudillo-Pombo, Dept. de Medi Ambient i Ciències del Sòl, Universitat de Lleida.



En todas las sociedades antiguas, los portadores del conocimiento mágico y practicantes de la magia, acostumbraron a ser mujeres, en su mayoría. Como en el caso de las mujeres llamadas “brujas”, por sus convecinos, a los que ayudaban a obtener la curación de las enfermedades benignas o a protegerse de las mayores amenazas para la supervivencia, controlando las fuerzas más temibles de la naturaleza.

Esta clase de mujeres, eran consideradas, en cierto modo, como unas ayudantes de las divinidades y, por lo tanto, eran muy respetadas por sus convecinos, pero al mismo tiempo, eran temidas por su poderes extraordinarios. Mientras que las personas creyentes, practicantes de cualquier religión, creen que pueden ganar el favor de sus divinidades, conmoviéndolos a compasión, mediante la influencia de la oración, los creyentes y practicantes de la magia, creen que con sus conjuros mágicos pueden obligar a las divinidades a realizar sus peticiones.
Los magos creen conocer diversas manera particulares, con las que pueden doblegar la voluntad los espíritus y divinidades sin que éstas puedan oponerse. Por tanto, los magos, pueden ser considerados como hermanos espirituales del semidiós Prometeo, en sus esfuerzos para intentar emular, las capacidades sobrenaturales de los mismos dioses, con el fín de ayudar a los humanos, a mejorar sus condiciones de vida. (SPRING, 1986).

“La curandera” xilografía del artista mexicano Alec Dempster, representando una sesión de sanación tradicional huasteca, mediante fumigación aplicada en el rostro y transferencia de los males que aquejan al paciente, a un manojo de hierbas con el que le irá tocado, sucesivamente, las diferentes partes del cuerpo afectadas por el mal que le aqueja, con la finalidad de transferir al las hierbas la dolencia. En realidad, el ritual lo que consigue es producir un efecto analgésico (“efecto placebo”) por efecto la sugestión y autosugestión, lógicamente, con resultados terapéuticos muy variables en cada caso.
Imagen: 
http://www.alecdempster.com/Loteria_Huasteca/Curandera.html

Es en un ambiente social caracterizado por una gran credulidad en los poderes mágicos, una enorme familiaridad y confianza en las prácticas médicas mágicas, en donde deben situarse, las creencias sobre el poder curativo de los objetos minerales y también la función de las reglas medievales, sobre la dieta alimentaria, que debían seguirse en casos de enfermedad: En todos estos casos, el principal objetivo de los tratamientos curativos irracionales, no era tanto conseguir el efecto directo, de las sustancias usadas, sobre el cuerpo humano enfermo, sino conseguir exorcizar con ellas, los malos espíritus y los demonios que se creía que estaban dentro de determinados órganos y a los que se suponía como los verdaderos productores de la enfermedad y los auténticos causantes de perjuicios sobre la salud del enfermo. Esa acción indirecta sobre las causas sobrenaturales de las enfermedades humanas, se creía que se podía conseguía por medio del consumo de ciertas substancia o el contacto con determinados objetos, teniendo en cuenta el grado de analogía entre las características de la enfermedad y el tipo de remedio mágico que debía ser aplicado a cada paciente, basándose en el principio médico-mágico de "las relaciones de simpatía" existentes entre el macrocosmos (el universo) y el microcosmos (el cuerpo humano): “Similia similibus curantur”, es decir, “aquello que puede curar al enfermo, es lo que se asemeja a los síntomas de la enfermedad o al aspecto del órgano enfermo”.

Imagen: una de las muchas formas de representación gráfica de las supuestas relaciones entre el cuerpo humano y los astros, creencia muy extendida y que los médicos de la época tenían muy en cuenta al hacer diagnósticos y plantear tratamientos.
http://www.alchemywebsite.com/images/schutz.jpg

Los actos de magia no son siempre, necesariamente, ineficaces y, por tanto, en principio no deben ser rechazados sólo por el hecho de ser irracionales [...] La magia se basa en la creencia sobre determinadas fuerzas trascendentes y(o) el efecto de ciertas fuentes de energía. [...] El hombre que confía en su habilidad para realizar ciertos procedimientos mágicos o que cree que el uso de determinados talismanes puede influir favorablemente en los resultados de sus acciones, dispone de unos instrumentos que le sirven para sentirse más seguro y mantenerse más tranquilo, evitando padecer ataques de angustia que le harían caer víctima del pánico. (HAARMANN, 1992: p. 27 y p. 43).

Por ejemplo: un gerente supersticioso que lleva a las reuniones de trabajo, secretamente, su amuleto personal, convencido de que así estará mejor protegido y que de esta forma sus adversarios no podrán perjudicarle. Se comportará de una manera más resuelta, y se mostrará mucho más seguro al tomar decisiones difíciles. En una situación de este tipo, podría decirse que un amuleto que sea de la máxima confianza de su portador, ejerce una influencia muy positiva sobre el estado de ánimo de éste, aunque el efecto físico real, sobre esa persona, sea en sí mismo, totalmente nulo.

Imagen: Arte popular de austriaco: Conjunto en el que se pueden ver diversos tipos de objetos mágicos, unos son amuletos usados para protegerse contra accidentes y otros son talismanes para atraer la felicidad que fueron usados en Austria entre 1750 y 1890.
Entre todos ellos, podemos distinguir, dos constituidos por fósiles: en la parte inferior izquierda, uno de forma acorazonada, constituido por un fragmento de coral fósil tallado, pulido y engarzado en plata y, un poco más arriba, a su derecha, otro de forma triangular, consistente en un diente fósil de tiburón, también con soporte de plata.
Collección Hulton, Getty Images-imagno

En la filosofía de la "curación natural", se considera que la causa de la enfermedad es alguna perturbación en la armonía entre la mente y el cuerpo. En esta concepción de la salud, se cree que los amuletos y los rituales mágicos, pueden ayudar a restaurar la armonía entre la mente y el cuerpo y restaurar el orden natural necesarios para recuperar la salud, sin embargo, el hombre creyente y preocupado por la auto-sanación, puede llegar a activar ciertos mecanismos fisiológicos, inconscientemente, a través de los cuales se pueden conseguir ciertos efectos reales sobre su salud. En estos casos, la credulidad y la autosugestión desempeña un papel muy importante, incluso con efectos reales, sobre la salud de los seres humanos. Los rituales mágicos, los amuletos protectores y las piedras curativas, serían sólo medios para alcanzar algún efecto terapéutico, a pesar de no tener ninguno de los efectos reales que pueden tener los medicamentos. Por lo tanto, las "piedras curativas" son objetos de efecto “placebo”, comparables al "agua bendita" de Lourdes.

Sin embargo, aquellas personas que confíen en el poder sanador de las "piedras curativas", algunas de las cuales son fósiles, deberían tener muy en cuenta el siguiente principio racional de precaución: En los casos de enfermedades graves que sean potencialmente mortales, la falta de atención médica y de un tratamiento apropiado, puede resultar letal. Por tanto, en los casos de conflicto entre la "medicina natural" y la "medicina institucional", nunca se debe, ni se puede, excluir la visita a un médico o a un hospital, convencionales para que se realice un diagnóstico científico y se aplique el tratamiento adecuado.


Testimonios históricos en yacimientos arqueológicos

Uno de los testimonios más antiguo del uso mágico de los fósiles, lo proporcionan los erizos de mar fosilizados, que a veces se encuentran incluidos, formando parte del ajuar funerario de tumbas prehistóricas, en el norte de Alemania y de Francia o en el sur del Reino Unido . Su función o significado, concretos, no están claros pero es evidente que debieron tener alguna función mágica protectora del alma del difunto.
En estos casos particulares, el hecho que pudo haber fascinado a los humanos en la Prehistoria, fue el misterio de cómo la naturaleza puede producir una cantidad tan grande de piedras, en forma de corazón, que aparentan ser todas idénticas. Quizá imaginaron que tales piedras, por ser tan extrañas, probablemente, deberían tener algún tipo de poderes mágicos específicos que ellos desconocían

Enterramiento prehistórico de la primera Edad del Bronce, en Dunstable Down (Gran Bretaña), los esqueletos de una mujer y un niño pequeño, aparecieron rodeados por más de 100 fósiles de erizos de mar del género Micraster, del Cretácico.
Imagen: Fairy loaves

En Francia, es conocido el caso de un trilobites, hallado por los arqueólogos, en una cueva que había sido perforado artificialmente en el Paleolítico superior, probablemente con la finalidad de poder ser llevado suspendido de un cordón, como colgante y que procedía de un yacimiento, situado a varios centenares de km del lugar del hallazgo.

A los muertos, se les daba sepultura en el interior de cuevas, pintando sus cuerpos con el mineral terroso hematita (piedra de sangre), quizá queriendo simbolizar la nueva sangre que debería devolverles a la vida, en el otro mundo y , en algunos casos, acompañando el cadáver con colgantes realizados con dientes fósiles, perforados, de osos de las cavernas (Ursus spelaeus). Esto ha inducido a pensar a los paleoetnólogos que quizá en esa época se practicaba la adoración mágica de los restos óseos fosilizados de los osos de las cavernas, pero a pesar de los numerosos hallazgos arqueológicos, no se puede demostrar que el "culto a los restos óseos del oso de las cavernas" fuese un culto real ni generalizado en Europa.

En algunos yacimientos neandertales como, por ejemplo, la cueva de Regordou, en el Departamento de la Dordoña, Francia, se han encontrado unas extrañas estructuras de piedra a modo de "sarcófagos" excavados en una pared de esa caverna, que albergaban en su interior de uno a varios cráneos de osos de las cavernas, convenientemente alineados. Los paleoantropólogos todavía discuten cuál podrían ser el significado de tales construcciones para los neandertales, y algunos han sugerido que podría tratarse de una posible muestra de culto de los neandertales a este impresionante y temible animal.


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